INTRODUCCION
El concepto de agronegocio (agribusiness) fue acuñado en 1957 como “la suma del total de operaciones involucradas en la manufactura y en la distribución de la producción agrícola; operaciones de la producción en el campo, en el almacenaje, el procesamiento y distribución de los commodities agrícolas y las manufacturas hechas con los mismos” por los profesores de la Universidad de Harvard Ray Goldberg y John Davis.
Antes de este concepto, en el año de 1950 surgió el término de “agroindustria” propuesto por el mismo Ray Goldberg para dar un nombre a su visión de lo que debería ser la agricultura de cara al futuro: gestionar la producción agrícola como un negocio empresarial. Hoy por hoy, el término “agroindustria” sigue siendo válida: “la creciente interdependencia de la agricultura y las industrias que abastecen a la agricultura, y que procesan y distribuyen los productos de la agricultura”.
Al principio, esta definición de “agronegocio” estaba centrada exclusivamente en la parte operativa, por lo que Ray Goldberg evolucionó el concepto tiempo después, para poner el foco en las personas que llevan a cabo dichas
operaciones: “un agronegocio reúne todos los participantes de la producción, procesamiento, y comercialización de un simple producto agrícola-ganadero; este sistema incluye el campo y las personas que trabajan en él, las operaciones de almacenamiento, los procesadores, los mayoristas, los supermercados o minoristas en el flujo de los commodities desde los insumos iniciales hasta el consumidor final; también incluye las instituciones que afectan y coordinan las sucesivas fases del flujo del commodity como los gobiernos, los mercados de futuros y opciones y las asociaciones comerciales”.
Hoy por hoy, la importancia de los agronegocios es indudable; la producción y consumo de alimentos representa la base para el futuro y subsistencia de la humanidad, mientras que la agricultura, como fuente de ingresos, es la actividad que más empleos genera en el mundo, e industrias como la textil o la del papel no pueden entenderse sin la actividad agrícola.
De acuerdo con el Banco Mundial, para el 2022, el valor total de la producción agrícola mundial superó los 3,820 billones de dólares, que representan el 4,3% del Producto Interior Bruto (PIB) global.
En este contexto, y de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para
la Alimentación y la Agricultura (FAO), más del 70% de las necesidades
alimentarias mundiales están cubiertas por la actividad de pequeños
productores. El sector agropecuario es la actividad económica que más
personas emplea en el mundo y la fuente principal de alimentos e ingresos para
muchas personas que viven en situaciones de pobreza.
En resumen, la agricultura es un elemento de desarrollo económico y un eje de articulación social, por lo que invertir en la agricultura no es solo una de las estrategias más eficaces para mejorar la seguridad alimentaria y promover la sostenibilidad, sino que también, resulta esencial para el desarrollo económico de regiones y países.
LOS AGRONEGOCIOS EN MÉXICO
De acuerdo con cifras del Sistema de Información Alimentaria y Pesquera (SIAP),
en México para el 2024 la producción agroalimentaria generó un total de 299
millones de toneladas con un valor de la producción de alrededor de 1 billón
596 mil millones de pesos registrando un incremento de aproximadamente 1.5%
respecto al periodo del 2023.
La Población Ocupada en actividades primarias reportó a 6,438,089 trabajadores, que representan el 10.8% de la población ocupada de nuestro país (SIAP 2024). De las personas que realizan tareas relacionadas al sector, 84.5% (5,440,198) lo hacen en actividades agrícolas, 11.7% (751,437) en la cría y explotación de especies ganaderas y 2.2% (140,502) en la pesca y acuacultura. Los estados con mayor Población Ocupada para las actividades primarias fueron Veracruz, Jalisco y Tabasco. El salario promedio mensual en todo el país fue de $5,220 pesos donde las mujeres representaron el 15.2% de la mano de obra mientras que el 84.8% restante fue ocupado por los hombres, con una edad promedio en general de 44.2 años y una escolaridad de 7.54 años.
En cuanto a participación por volumen y valor de la producción por subsector primario, la más importante es la agricultura que aporta 271.8 millones de toneladas que representan el 90.9 por ciento del volumen total del país, con un valor de la producción de 922 mil millones de pesos que significan el 57.7 por ciento del valor de la producción total nacional. Nuestro país es uno de los principales productores agroalimentarios del planeta, ocupando el onceavo lugar a nivel mundial en cuanto a producción de alimentos, el onceavo en productos agrícolas, el décimo en ganadería y el lugar número 16 en cuanto a la producción pesquera y acuícola, lo que refleja la importancia del sector en la economía nacional.
PRINCIPALES PRODUCTOS DE EXPORTACIÓN
MEXICANOS
México cuenta con un total de 14 Tratados de Libre Comercio con 51 países que suman un mercado potencial de aproximadamente 1,376 millones de personas. Para SIAP, esas cifras incentivan la búsqueda de nuevas oportunidades y mejores condiciones para la venta de productos de origen agrícola, pecuario y pesquero de México en los mercados internacionales
Bajo este contexto, la Balanza Comercial Agropecuaria y Agroindustrial de México reporta por noveno año consecutivo un superávit. Para el 2023, el superávit fue de siete mil 600 millones de dólares siendo este, el tercer mayor saldo positivo desde 1995.
La suma de divisas por la venta de productos agroalimentarios al exterior sumó un gran total de 51,897 millones de dólares para el 2023. De acuerdo con SIAP, los 29 principales productos de exportación mexicanos aglutinan el 70.8% del total de las ventas.
El principal cliente de México son los Estados Unidos con un total de 42,196 millones de dólares para el año 2023, los cuales representan el 81.3 por ciento del total de las exportaciones agroalimentarias de nuestro país. Los principales seis productos exportados de México son cerveza, tequila, berries, aguacate, jitomate y carne de bovino respectivamente, estos suman un total 19,575 millones de dólares en ventas hacia nuestro vecino país del norte, lo que representa el 89.8 por ciento de las ventas totales de estos productos al extranjero.
Estas cifras hablan por sí solas de la importancia del mercado estadounidense
para los principales productos mexicanos, que, aunque dejan muy buenos
dividendos, también habla de una alta dependencia y por tanto, alta
vulnerabilidad hacia los Estados Unidos, ya que algún factor como un cambio
en las políticas comerciales o en los aranceles, una alerta sanitaria o algún
cambio repentino en la demanda pondría en jaque a los productores mexicanos
y a todos los actores involucrados en la cadena de valor afectada.
PRINCIPALES PRODUCTOS AGROPECUARIOS DE MÉXICO
Nuestro país produce 318 cultivos diferentes que junto a la producción
ganadera suman un total de 299 millones de toneladas con un valor de 1 billón
596 mil millones de pesos. El producto agrícola más destacado es el maíz grano
con un volumen de producción para el 2023 de 27.5 millones de toneladas con
un valor de 172,353 millones de pesos que representan a su vez el 18.6% del total
del valor de la producción agrícola nacional.
Después del maíz grano, que es el cultivo más importante y representativo en
la dieta de los mexicanos, le siguen en importancia en cuanto al valor de la
producción los cultivos de aguacate, cítricos (limón, mandarina, naranja y
toronja), caña de azúcar, agave, berries (arándano, fresa, frambuesa y zarzamora)
y jitomate (Ver Figura 4). Todos estos cultivos aglutinan junto con el maíz un total
de 464,605 millones de pesos que representan el 50.4% del total del valor de la
producción agrícola de México.
En cuanto a la superficie dedicada para los siete cultivos antes mencionados,
suma en su conjunto un total de 9 millones de hectáreas que representan el 45
por ciento de la superficie nacional dedicada a la agricultura. Por su parte, los
24 cultivos que se muestran en la Figura 4 representan el 82.49 por ciento del
valor de la producción de México y el 82.59 de la superficie total.
En cuando a la producción por entidad federativa los estados de Michoacán, Jalisco, Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Veracruz lideran en el valor de la producción. Estos seis estados aglutinan 492 mil millones de pesos que representan el 53.4 por ciento del valor de la producción nacional.
En cuanto a la producción pecuaria, el ganado bovino lidera la lista con un valor de la producción de la carne en canal de 171 mil millones de pesos para el año 2023. Es además el producto pecuario que más se exporta tanto como carne como ganado en pie. Después del ganado bovino le sigue en importancia el ave (pollo) con 147 mil millones de pesos como carne en canal (Cuadro. 2).
Por otro lado, la obtención de otros productos es también importante en el país,
como la leche de vaca que para el año 2023 reportó un total de 13,332 millones
de litros con un valor de 112,820 millones pesos y el huevo para plato con un
total de 3,171 millones de toneladas con un valor de 87,969 millones de pesos
lo cual posiciona a México como el sexto productor mundial de huevo.
LA INNOVACIÓN Y USO DE TECNOLOGÍAS EN LOS
AGRONEGOCIOS
La innovación se ha convertido en uno de los pilares fundamentales para garantizar tanto el éxito económico como la sostenibilidad ambiental en el ámbito agroalimentario. En este contexto, la innovación no solo actúa como herramienta para aumentar la competitividad, sino también como motor para transformar la manera en que se producen, distribuyen y consumen los productos agrícolas.
La actividad agroalimentaria ha experimentado profundas transformaciones marcadas por innovaciones tecnológicas, científicas y sociales, que han redefinido el sector agropecuario. A continuación, se describen las innovaciones más representativas.
La revolución verde.
Desarrollada principalmente entre las décadas de 1940 y 1970, fue un punto de inflexión en la historia agrícola del siglo XX. Liderada por científicos como Norman Borlaug, esta transformación se caracterizó por el desarrollo de variedades de cultivos de alto rendimiento, como el trigo y el arroz, junto con el uso extendido de fertilizantes químicos, pesticidas y sistemas de riego. Incrementó significativamente la producción de alimentos, reduciendo el hambre en regiones como Asia y América Latina, sin embargo, algunos efectos adversos incluyeron la degradación del suelo, la contaminación del agua y la
dependencia de insumos químicos. Hoy por hoy, el legado de la revolución verde sigue siendo evidente en los sistemas agrícolas actuales, aunque ha sido objeto de críticas por sus consecuencias ambientales y sociales.
La revolución biotecnológica.
A partir de la década de los ochenta la biotecnología comenzó a transformar la agricultura con la ingeniería genética y los cultivos transgénicos. Esta revolución permitió la creación de plantas resistentes a plagas, enfermedades y condiciones climáticas adversas, así como mejoras en el contenido nutricional de los alimentos. El desarrollo de cultivos transgénicos ha incrementado la productividad y reducido el uso de pesticidas. No obstante, esta tecnología ha guiado debates éticos, ambientales y económicos relacionados con la biodiversidad, el control corporativo sobre las semillas y los efectos en la salud humana.
La agricultura de precisión.
La llegada del siglo XXI trajo consigo innovaciones digitales que han
revolucionado la agricultura como los sistemas de posicionamiento global
(GPS), los drones, los sensores y los algoritmos para optimizar el uso de recursos
y aumentar la eficiencia de los cultivos. Permite evaluar el estado del suelo,
monitorear el crecimiento de las plantas y aplicar fertilizantes y pesticidas de
manera selectiva. Reduce el desperdicio de insumos y minimiza el impacto
ambiental. Esta revolución está promoviendo una transición hacia una
agricultura más sostenible y tecnológicamente avanzada.
La agricultura regenerativa.
En respuesta a los retos climáticos y ecológicos actuales, esta innovación ha ganado popularidad como un enfoque para restaurar la salud del suelo, promover la biodiversidad y mitigar el cambio climático. Enfatiza técnicas como la agroforestería, la rotación de cultivos y el uso de composta orgánica. Busca transformar la agricultura en una actividad que capture carbono en lugar de emitirlo. Finalmente promueve prácticas agroecológicas y la participación de las comunidades en la gestión de los sistemas agroalimentarios.
La revolución digital y la inteligencia artificial
En las últimas dos décadas, la inteligencia artificial (IA) y la tecnología digital han llevado la agricultura a nuevos niveles de innovación. Los agricultores ahora utilizan aplicaciones móviles, modelos predictivos y análisis de datos para tomar decisiones informadas en tiempo real. La IA ayuda a prever fenómenos climáticos, combatir la propagación de enfermedades en los cultivos y optimizar los tiempos de cosecha, mientras que la robótica se ha implementado para automatizar tareas como la siembra y la recolección.
EL MARKETING EN LOS AGRONEGOCIOS
El marketing en los agronegocios va más allá de simplemente vender productos
agrícolas. Se trata de entender las necesidades de los consumidores, identificar
tendencias de mercado y crear estrategias que posicionen los productos de
manera efectiva. En un entorno donde los consumidores están cada vez más interesados en la calidad, la sostenibilidad y el origen de los alimentos, el marketing desempeña un papel crucial para establecer conexiones entre productores y mercados.
Como complemento al marketing, el concepto de branding en los agronegocios ha ganado relevancia en los últimos años. Los agricultores y agroindustriales están desarrollando marcas que no solo representan productos, sino también experiencias y valores asociados como sostenibilidad, comercio justo y producción orgánica. Por ejemplo, los consumidores están dispuestos a pagar más por productos que cuentan con certificaciones de prácticas sostenibles, lo que resalta la importancia de comunicar estos valores a través de estrategias de marketing.
Bajo el contexto anterior, una estrategia de marketing es el “marketing digital”
que ha revolucionado la manera en que los agronegocios interactúan con los
consumidores. Plataformas como redes sociales, correos electrónicos y sitios
web permiten a los productores agrícolas llegar a un público más amplio y
diversificado y también especializado.
Por otro lado, toda la información que arrojan las visitas en el internet permite generar un mundo de datos que mediante su análisis ofrece herramientas para comprender mejor a los consumidores, optimizar campañas de marketing, predecir tendencias de consumo y establecer estrategias de comercialización.
Las estrategias de comercialización en los agronegocios son clave para mejorar la rentabilidad y la sostenibilidad de los productos agroalimentarios. Algunas estrategias efectivas son:
FACTORES QUE INFLUYEN EN LOS AGRONEGOCIOS
Los factores que influyen en los Agronegocios en México y el mundo pueden ser muy diversos, desde los climáticos y ambientales, los cuales en la mayoría de las veces son impredecibles y están fuera de control, hasta los factores con la intervención del hombre como los políticos, económicos y sociales que se mencionan a continuación.
POLÍTICOS
Política de Tenencia de Tierras:
La seguridad de acceso a la tierra es crucial para la inversión yel desarrollo. Las políticas que garantizan la propiedad y el uso de la tierra son fundamentales para estabilidad y crecimiento del sector.
Políticas Agrícolas:
El Presupuesto de Egresos de la Federación para programas y subsidios. asi como los controles de precios y los aranceles, impactan en la producción. la comercialización y el comercio de productos agroalimentarios.
Acuerdos Comerciales:
Pueden afectar la competitividad de los productores agricolas, al influir en los precios de las exportaciones importaciones.
ECONÓMICOS
Volatilidad de los Precios:
La fluctuación de los precios de los productos afecta la rentabilidad y la capacidad de inversión.
Costos de los Insumos:
El aumento de los costos de insumos como fertilizantes, semillas maquinaria puede reducir rentabilidad de los agronegocios. la
Acceso al Crédito:
La disponibilidad de crédito es esencial para la inversión y la expansión de la producción.
Competitividad:
La capacidad para competir en el mercado global depende de La productividad, calidad y costos de producción.
SOCIALES
Presión Demográfica:
El crecimiento de la población aumenta la demanda de alimentos y la presión hacia mejorar la productividad.
Desarrollo Tecnológico:
La adopción de tecnologias, como la agricultura de precisión y la la bioingenieria, puede aumentar productividad y eficiencia productiva
Educación de la Población:
El nivel de educación rural influye en la capacidad de adoptar nuevas tecnologias y prácticas agricolas.
Sostenibilidad:
La producción agricola debe implicar la adopción de prácticas que protejan los recursos naturales y el medio ambiente
En México, el factor político ha influido en los últimos diez años en la productividad agroalimentaria del país. El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el Ramo 08, el cual es el rubro de Agricultura y Desarrollo Rural, ha tenido una Tasa Media de Crecimiento Anual del -0.88% durante el periodo que comprende del año 2014 al 2025, lo que indica un gradual decremento de los esfuerzos gubernamentales hacia el sector agroalimentario.
En efecto, los cambios en las políticas públicas quedan de evidencia en la Figura 6, ya que para el año 2000 se usaba el 1.1% del porcentaje del PIB para Programas
de Apoyo, desglosados en dos rubros: para el campo fue de un 0.9% y para la educación y salud fue el 0.2%. Conforme han pasado los años junto con los cambios
de sexenio, de gobierno y de políticas públicas, ha existido una proliferación de programas de apoyo y subsidios, y para el año 2020 los Programas de Apoyo suman
el 5.8% del PIB donde el Apoyo para la producción apenas abarca el 0.2% del total.
DESAFÍOS GLOBALES
Los agronegocios enfrentan múltiples desafíos en México y a nivel global, como el cambio climático, la disponibilidad de agua, la sostenibilidad, la escasez de mano de obra y la volatilidad de los mercados. Los desafíos globales que enfrentan los agronegocios son:
CAMBIO CLIMÁTICO: El calentamiento global y los fenómenos climáticos extremos (sequías, inundaciones) afectan la producción agrícola y la seguridad alimentaria.
DISPONIBILIDAD DE AGUA: La sobreexplotación de acuíferos, la contaminación y la gestión inadecuada del agua son problemas cruciales, especialmente en regiones agrícolas.
SOSTENIBILIDAD Y ECONOMÍA CIRCULAR: La presión para reducir el uso de insumos químicos, promover prácticas agrícolas más amigables con

DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES
el medio ambiente y garantizar la seguridad alimentaria obliga a los agronegocios a adoptar prácticas más sostenibles.
SEGURIDAD ALIMENTARIA: La demanda de alimentos sigue creciendo, mientras que la producción enfrenta limitaciones por recursos naturales y conflictos geopolíticos.
ESCASEZ DE MANO DE OBRA: La migración de jóvenes a las ciudades y la falta de relevo generacional en el campo dificultan la gestión de las operaciones agrícolas.
VOLATILIDAD DE LOS MERCADOS: Los precios de las materias primas y las fluctuaciones de los mercados pueden afectar la rentabilidad de los agronegocios.
TRANSFORMACIÓN DIGITAL: La integración de tecnología en la cadena de valor es clave, pero aún existen barreras de acceso y capacitación.
DESAFÍOS EN MÉXICO
Por su parte, en México, además de los desafíos globales, se suman otros obstáculos específicos que debido a nuestra cultura y características agroclimáticas se pueden detonar con mayor facilidad como la pérdida de agrobiodiversidad, la deforestación, la erosión y contaminación de suelos por uso indiscriminado de fertilizantes, la falta de mercados justos para los
pequeños productores, la inseguridad que prolifera en todo el territorio, entre otros que a continuación se enlistan.
DEFORESTACIÓN Y EROSIÓN DE SUELOS: La expansión de la frontera agrícola,
la falta de políticas públicas para evitar la deforestación y las prácticas de uso
inadecuado de los suelos como el uso indiscriminado de fertilizantes causan
problemas ambientales afectando la salud de los suelos y por tanto la
productividad.
PÉRDIDA DE AGROBIODIVERSIDAD: El monocultivo y la pérdida de variedades
nativas amenazan la diversidad genética de los cultivos.
FALTA DE MERCADOS JUSTOS: Los agricultores de pequeña escala enfrentan dificultades para acceder a mercados que les garanticen precios justos y equitativos, y al contrario, existe un exceso de intermediarios en el medio rural mexicano.
MIGRACIÓN: La migración de jóvenes y de adultos con experiencia en el campo hacia las ciudades y a Estados Unidos afectan directamente la disponibilidad de mano de obra y la transmisión de conocimientos en el campo, por lo que México enfrentará un problema de sucesión de la mano de obra en los próximos 20 años.
VIOLENCIA Y DELINCUENCIA: La presencia de grupos criminales en diversas
regiones rurales puede generar inseguridad y limitar la actividad agrícola.
INNOVACIÓN TECNOLÓGICA: La adopción de tecnologías avanzadas, como inteligencia artificial y agricultura de precisión, sigue siendo limitada por costos y acceso para pequeños productores.
ORGANIZACIÓN DE PRODUCTORES: La falta de estructuras organizativas eficientes dificulta la competitividad de los pequeños productores.
OPORTUNIDADES
INNOVACIÓN TECNOLÓGICA: El desarrollo de nuevas tecnologías (irrigación eficiente, genética, biotecnología) puede ayudar a superar los desafíos ambientales y productivos mediante mecanismos de financiamiento y acceso a tecnologías de bajo costo con facilidad de aplicación.
PRÁCTICAS DE SOSTENIBILIDAD: La adopción de prácticas agrícolas más amigables con el medio ambiente (agricultura orgánica, agricultura de conservación) puede contribuir a la sostenibilidad y la seguridad alimentaria.
DIVERSIFICACIÓN DE MERCADOS: La exploración de nuevos mercados y nichos de mercado (productos orgánicos, productos regionales) puede ayudar a mejorar la rentabilidad de los agronegocios.
APOYO A PEQUEÑOS PRODUCTORES: La promoción de políticas que apoyen
a los agricultores de pequeña escala (acceso a crédito, capacitación, mercados)
puede contribuir a la equidad y la sostenibilidad del sector.
EDUCACIÓN Y FORMACIÓN: La inversión en educación y formación en áreas
relacionadas con la agricultura puede ayudar a atraer a jóvenes al campo y a
mejorar la calidad de la mano de obra.
INCENTIVOS PARA LA CONTINUIDAD GENERACIONAL: Diseño e implementación de políticas de apoyo a la agricultura familiar, como créditos, seguros y subsidios, para que los jóvenes puedan acceder a las tierras y continuar en el campo.
FORTALECIMIENTO DEL PAPEL DE LAS MUJERES EN EL CAMPO: Promoción de la participación de las mujeres en la toma de decisiones y en el acceso a la tierra, para garantizar una mayor continuidad generacional y una mayor diversidad de conocimientos.
LA COLABORACIÓN ENTRE EL CAMPO Y LA CIUDAD: Creación de mecanismos
de cooperación entre las áreas urbanas y rurales para facilitar el intercambio de
conocimientos, la comercialización de productos y la creación de nuevas
oportunidades de trabajo.
BIOBLIOGRAFÍA
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https://www.banxico.org.mx/SieInternet/consultarDirectorioInternetActi on.do?sector=2&idCuadro=CR199&accion=consultarCuadro&locale=es
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5. COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (CEPAL): Encadenamientos productivos y circuitos cortos: innovaciones en esquemas de producción y comercialización para la agricultura familiar
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